lunes, 28 de enero de 2013

Concurso filosófico


Héctor es muy inteligente y por sus notas académicas  lo van a llevar a un instituto privado con buenas instalaciones para que en un futuro pueda acceder a una buena universidad. El problema es que la semana pasada  insultó y agredió a un compañero de clase, lo que mancharía su expediente académico si el director le pusiese una sanción y no le dejarían entrar en el instituto. ¿Debe el director poner la sanción?

Este dilema me gustó mucho porque me siento muy identificada con él porque igual que no puede pasarte nunca, puede ocurrirte cuando menos lo esperes.
 Para empezar, habría que ponernos en el lugar de Héctor y saber por qué hizo lo que hizo, porque a  lo mejor tenía alguna razón,  o  no, puede ser que lo hiciera porque si, pero si hubiera una razón se le podría restar importancia a lo que hizo aunque no sería lo correcto.
También hay que fijarnos en la gravedad de la pelea, porque no es lo mismo que te agredan y te rompan un brazo o una pierna, a que te agredan pero que solo te dejen un cardenal.
Dicho estos puntos que son muy importantes voy a intentar resolver este dilema

¿Qué haría yo? Al principio pensando el frío dije yo le pondría la sanción porque se la merece, que no lo hubiera hecho, pero luego ya meditando no le tenía porque por una parte sería bueno poner la sanción porque así evitaríamos que se repitiese y Héctor no lo volvería hacer. Pero por otra parte sería una lástima que por una insignificante sanción se le privase a Héctor de la oportunidad de su vida porque no se sabe si sus padres podrían  pagarle la universidad si a Héctor no fuera a ese instituto.
También podríamos decir que si el director evadiera su responsabilidad y no le pusiera la razón, los demás a alumnos podría quejarse y tomarla en contra de Héctor porque no es justo que a muchos por eso si les sancionen y a él no por el simple hecho de ser muy inteligente, siendo que  se supone que todos somos iguales y tenemos los mismo derechos. Sí que es verdad que si el director no pusiese la sanción Héctor iría al instituto y no solo se daría cuenta de que confían en él y que esperan que no vuelva a repetirse el problema sino que el mismo instituto ganaría mucho prestigio al mandar a un alumno con tantas capacidades y podría ganar más alumnos y  mas aporte económico. Aunque por esa parte a lo mejor Héctor cogía confianza de mas y abusaba de su inteligencia para hacer lo que quisiera y eso tampoco es así, si de así fuera sí que había que sancionarlo aunque eso significase quedarse sin ir al instituto.

Si dejamos un momento los pros y los contras y  no ponemos en la piel de los implicados, nos sería más fácil elegir una opción. Por un momento pongámonos en la piel del director, su deber es poner la sanción pero si lo hace podría arrepentirse de haberle negado a Héctor la oportunidad de su vida, lo que vendría a ser remordimiento de conciencia y la gente podría presionarlo por esa razón misma.
Si nos ponemos en la piel de Héctor podemos sacar que tal vez él no quiere ir a ese instituto y por eso se metió en problemas o tal vez fue un error, que puede ser perfectamente ya que todos somos humanos y nadie es perfecto. También puede ser que no tuviera otra opción y que por eso tuvo que agredir a su compañero, puede ser que se estuviera defendiendo y de ser así la culpa sería de su compañero no suya, y por lo tanto no habría que ponerle sanción ninguna a él sino a su compañero.

Llegados a este punto me atrevo a decir que es lo que yo particularmente haría, lo que yo haría sería castigarle de un modo en que no afectase a su futuro escolar porque según el diccionario la definición de castigo es la siguiente: sanción o pena que se le pone a cualquier ser vivo que incumple las normas para que aprenda la lección. Si castigamos a Héctor de la otra forma no solo le castigamos sino que afectamos a  su futuro y  normalmente cuando a alguien se le castiga no se le afecta a su futuro de una forma tan permanente como a esta sino de una forma temporal, hasta que pasa el castigo. Por eso yo intentaría castigarle de otra forma porque hay miles de formas posibles como por ejemplo sin recreo, recogiendo basura… No limitando la capacidad de desarrollar su inteligencia, así ni le perjudicaría pero tampoco evadiría mi deber como director.

lunes, 21 de enero de 2013


Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos escaparíamos de estar encerrados por locos.
Jacinto Benavente.

miércoles, 9 de enero de 2013

De vuelta a la rutina...


Todos sabemos lo gratificante que es cuando llegan unas vacaciones y todo se acaba, principalmente dirigido a los estudiantes. Aunque no sea como esperemos y hasta a lo mejor nos llevemos alguna sorpresa, no hay nada como acabar de exámenes por un tiempo y tener días para descansar y hacer nuestra vida normal, sin preocupaciones.
Pero como nada es eterno, llega un momento en el que tienes que volver a ponerte manos a la obra y si queremos seguir como estamos o mejorar no podemos dormirnos en los laureles porque lo único que vamos a conseguir en empeorar las cosas.
Así que mucha suerte a todos y manos a la obra.